Durante los primeros 1000 días de vida, es importante que el bebé reciba una alimentación adecuada para su correcto crecimiento y desarrollo.
Los bebés pueden recibir:
• leche materna
• fórmula infantil
Dependiendo de la elección de la madre, aunque existen casos particulares como la intolerancia a la lactosa o las alergias.
La leche materna siempre es la primera y más saludable de las opciones, no sólo por los beneficios que tiene para la salud del bebé, sino porque en el amamantamiento se refuerza el vínculo entre ambos.
Durante los primeros días después del nacimiento, los bebés deben alimentarse con frecuencia, cada 2 o 3 horas, incluso durante la noche. A medida que crecen, es posible que puedan pasar más tiempo entre una alimentación y otra, pero todavía necesitan comer con frecuencia durante el día.
La opción de lactancia a demanda, también es de elección para muchos profesionales y madres.
Los bebés alimentados con leche materna, deben tomar en principio la leche en forma exclusiva hasta los 6 meses y luego acompañada de alimentos hasta los 2 años o más. Por otro lado, los bebés que toman fórmula infantil, también deben hacerlo en forma exclusiva hasta los 6 meses y luego ir incorporando otros alimentos.
Además de la alimentación, es importante la correcta postura del bebé al amamantar o tomar la mamadera, para garantizar una buena digestión y reducir la posibilidad de cólicos.
Esta etapa, más allá de lo nutricional, tiene una gran importancia ya que se inicia desde el embarazo de la madre y la alimentación de la misma hasta los dos primeros años de vida del bebé; por lo que es fundamental el tipo de lactancia recibida, el modo de iniciar la alimentación complementaria, la regulación del sueño y el entorno familiar.
Tener un profesional pediatra que despeje todas las dudas es imprescindible, tanto para la seguridad de la mamá como para el bienestar del bebé.
Dra. Gabriela Fedele
Médica especialista en Nutrición
M.N. 124.618
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