Qué comer y qué no comer para cuidar el peso, la salud del bebé y la tuya.
PRE-EMBARAZO.
3 meses antes se recomienda suplementar ácido fólico (contale a tu ginecólogo que lo estás planificando, él te lo va a indicar).
Mantené un peso normal, ni menos ni más, asegurate de que tu IMC (índice de masa corporal) no sea insuficiente y que tampoco se exceda.
Esto también se lo podés consultar al ginecólogo o a un nutricionista.
EMBARAZO EN CURSO.
- Suspendé el alcohol y minimizá el consumo de cafeína. Se ha asociado la ingesta de esta sustancia con el parto prematuro y el crecimiento fetal lento.
- Evitá endulzar con sacarina ya que lleva más tiempo su eliminación y puede ser contraproducente para el feto.
- No tomes suplementos de hierbas medicinales ni vitamínicos a menos que tu médico de confianza te lo recomiende.
- Consumí pescados y mariscos al menos dos veces por semana, pero haciendo hincapié en las variedades que contienen bajo contenido de mercurio, como salmón y camarones.
- Conciná rigurosamente bien tanto la carne, los pescados, los huevos y las aves. Ésta una las mejores medidas para eludir infecciones complejas.
- Insistí en el lavado adecuado de verduras y frutas para prevenir ingerir bacterias.
- Asesorate con un profesional, si sos vegetariana o vegana (no consumís carne o ningún derivado de origen animal), para que indague sobre las posibles deficiencias de hierro, calcio y aminoácidos esenciales.
- Hacé foco en llevar una dieta balanceada en la que incluyas lácteos descremados, legumbres, frutas y verduras y alimentos ricos en proteínas.
- Evitá los procesados, preferí los naturales, siempre que puedas.
Ante cualquier duda, consultá a tu especialista de confianza.
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