El amaranto es un pseudocereal antiguo cultivado por civilizaciones mesoamericanas como los Aztecas y los Incas desde hace más de 8.000 años.
Aunque no es tan conocido en comparación con otros granos más comunes como el trigo o el maíz, el amaranto se ha empezado a destacar por sus beneficios para la salud y su versatilidad en la cocina.
Uno de sus productos derivados es la harina de amaranto, un ingrediente que se destaca por sus propiedades nutricionales y por ser naturalmente libre de gluten.
✔ Posee alto contenido de fibras (aprox. 3 veces más que la harina de trigo) y proteínas de alta calidad.
✔ Es rica en minerales (calcio, hierro, fósforo, magnesio, selenio y potasio) que son muy importantes para la salud ósea, la función muscular, la circulación sanguínea y otros procesos fisiológicos. Además, por su alto contenido de folato, es una excelente opción para mujeres embarazadas.
La harina de amaranto se produce a partir de la molienda de las semillas de amaranto y representa una alternativa saludable a las harinas y almidones tradicionales.
• Proporciona el doble de calcio que la leche en la porción recomendada.
• Es fuente de grasas saludables como ácidos omegas 3 y 6, beneficiosos para la salud cardiovascular y el cerebro.
La harina de amaranto tiene textura fina y sabor suave y terroso, ideal para su uso en varias recetas. Puede usarse para preparar panes, panqueques o wafles, galletas, tortas, tartas y otros productos horneados.
Su versatilidad permite combinarla con otras harinas sin gluten como la de arroz y la fécula de maíz para obtener mejores resultados en textura y sabor.
En una preparación, se recomienda sustituir aproximadamente un 25% de las harinas tradicionales por la harina de amaranto para mejorar la textura y enriquecer nutricionalmente la preparación. Se puede utilizar tanto para preparaciones saladas como dulces.
Por Asociación Celíaca Argentina
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